viernes, 6 de junio de 2008

Entropia

La definición mas sencilla de la palabra Entropía, referida fundamentalmente a los fenómenos físicos es la “tendencia natural de la pérdida del orden”.
Pero en la Argentina, el país en donde todo es posible, bien podríamos aplicarla a la vida social y política, muy agitada por cierto, a lo largo de nuestra historia.
Y mejor aun, se la podría aplicar a la actualidad.
Pareciera, observando la realidad presente, que la “entropía” esta guiando los pasos del gobierno de la presidente Fernández de Kirchner.
Porque si esto que sucede no es una “tendencia natural a al pérdida del orden”, no se que otra definición le podría caber.
El 10 de diciembre pasado empezó con una sociedad alborozada y esperanzada con la segunda fase del kirchnerismo. Sin embargo una ausencia casi total en el día a día de los problemas del gobierno, y viendo como priorizaba las reuniones con artistas, cantantes, famosos y por supuesto con el Venezolano Sr. Chávez, único presidente, (tal vez junto con el presidente de Bolivia) que tienen “audiencia permanente y puertas abiertas de nuestra casa de gobierno”, el resto de los temas se le empezaban a escapar de las manos.
Esta locura desatada de argentinos golpeando a argentinos, solo porque unos defienden al gobierno de turno y otros a la producción agrícola-ganadera, se parece mas a la republiqueta en que transformo Chávez a la querida Venezuela, que a un país del primer mundo como nos quieren hacer creer los políticos, que pertenecemos o pretendemos pertenecer.
Como dice una publicidad, “pertenecer”, tiene su precio. Y el precio que tiene que pagar la Argentina para ser respetado al menos como un país que intenta ser serio, es hacer todo lo contrario a lo que vemos se esta haciendo –sobre todo desde el gobierno- con la realidad actual. Dialogo, serenidad, lógica, y muchísimo sentido común es lo que deben trasmitir los que gobiernan a los gobernados.
Matones y pendencieros no sirven para gobernar. Golpes y amenazas desde el gobierno no tienden a lograr la paz social.
Es que si esto sigue así, el orden, entrópicamente hablando, lo habremos perdido para siempre. Y ya sabemos como terminan los países que pierden la cordura y el orden. Todavía estamos a tiempo. Pero, lamentablemente, no depende solo de los ciudadanos. Estos, sobre todos los que están en conflicto, deben también realizar su aporte a la cordura de la sociedad y deberían bajar el nivel de enfrentamiento. Mientras tanto, los dioses que están en el olimpo, es decir nuestros políticos, deberían bajar al horizonte del resto de los mortales y poner freno a tanta locura. Tendrán que dejar la “rosca política” por un rato y dedicarse a solucionar este enfrentamiento entre argentinos que puede tener un final incierto e indeseable para toda la sociedad.
Ricardo Lopez Rende

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