miércoles, 28 de marzo de 2007

Valientes y Cobardes

La ola de inseguridad que vive el país, ha llevado a los ciudadanos a re pensar su estilo de vida. Se han dado cuenta que ni siquiera los barrios cerrados y vigilados son seguros. Nada ni nadie puede estar seguro en la Argentina de hoy. Todos somos víctimas de una situación que, evidentemente, escapa a las posibilidades de solución para el ciudadano común. Sin embargo, la palabra “todos”, no cubre a toda la sociedad. Como siempre, en la Argentina hay “hijos y entenados”. Porque sabemos que a los funcionarios, con autos blindados que nosotros mantenemos, con vigilancia privada y particular, que nosotros pagamos, con elementos tecnológicos del primer mundo para preservar su seguridad que nosotros le compramos, están a salvo de esta horda de delincuentes que asolan rutas, avenidas, casas, bancos, escuelas, templos religiosos, periodistas, famosos y no famosos, etc, etc, etc.
Es evidente que hay que ser muy valiente para ser ciudadano común en la Argentina, porque todos los días, salimos de nuestras viviendas a enfrentar la vida diaria, que ya de por si es complicada, y además tenemos que tener “cuatro ojos” para tratar de esquivar al delincuente que en cualquier momento puede caer sobre nuestra humanidad.
¿Y los funcionarios del área que hacen?. Nada eficiente, sin duda, excepto eternas discusiones sobre si la Policía Federal tiene que estar bajo el mando de la Nacion o del Gobierno Autónomo de la Ciudad de Buenos Aires, si la delincuencia obedece a la pobreza o no, si a los delincuentes hay que excarcelarlos o no, si las leyes son suficientes o no, y ya rayando en la demencia, tenemos que escuchar frases (que pasaran a engrosar el idiotario de frases argentinas) de que lo que “percibe la ciudadanía, no es inseguridad sino solo una sensación de inseguridad.” (Aslarian Dixit)
Es evidente que los funcionarios del área no son lo suficientemente valientes para enfrentar el grave problema. Aunque hay que reconocer, que si existen funcionarios muy valientes y que todos los días se levantan pensando que nueva medida aplicaran para darle mas eficiencia a su área. Me refiero claro, a los funcionarios recaudadores. A los “Abad”, y a los “Montoya”, y a todos los que a lo largo y ancho del país, “valientemente” enfrentan el problema. Claro, enfrente no tienen delincuentes armados hasta los dientes, sino a ciudadanos que todos los días trabajan y como en la época feudal, le llevan a su señor, lo producido de su esfuerzo. Ahí sí son muy valientes nuestros funcionarios. Ahí el Señor Montoya es capaz, “valientemente”, de desconocer las autonomías provinciales y perseguir a sus contribuyentes hasta debajo de la cama de los hoteles de turismo en cualquier lugar del país. Ahí no hay problema de jurisdicción, de derechos humanos, de lo que las leyes les permiten o no les permiten hacer. Así, por ejemplo, el señor Abad de un plumazo es capaz de triturar al mercado inmobiliario con una resolución que transforma a las inmobiliarias en alcahuetes gratis de la AFIP. Ahí, si que arremeten con todo, contra todos y con todas las armas en su poder. Después de pulverizar a los contribuyentes, y solo luego de eso, verifican si la ley se los permitía o no. Y en cualquier caso no les importa. Lo único que importa es recaudar y atiborrar al Banco Central de Dólares. Son los “reyes” del punto fijo pare verificar evasión de impuestos. ¿Por qué no ponen “puntos fijos” en los antros que cobijan delincuentes y en las calles de nuestras ciudades? Porque tanta asimetría entre “seguridad” y “recaudación”-
Es evidente que estamos frente a dos hombres (o muchos mas que no conocemos) muy pero muy valientes. Son capaces de finiquitar y enviar a la cárcel a los evasores sin miramientos. Son capaces de poner a toda la ciudadanía, a su servicio. Son impresionantemente hábiles para crear todos los días resoluciones y resoluciones para aumentar ad infinitum la recaudación fiscal. Son implacables al momento de aplicar las leyes. Son capaces (¿recuerdan la frase?) de “hacer mierda al que no pague los impuestos”. ¿Y si toda esa “valentía” y “eficiencia” la ponen al servicio de la comunidad para terminar con la violencia y la delincuencia? ¿Es mucho pedir?. ¿No seria el momento oportuno de poner a “Montoyas” y a ”Abades” al frente de los organismos de seguridad?. Si son capaces de de inventar lo que se les ocurra para pescar a un supuesto evasor, tal vez puedan acabar con la inseguridad reinante y pulverizar a los verdaderos delincuentes que asolan a los ciudadanos. Ahí podrían demostrar su “valentía”. ¡Que fácil es enfrentar a un ciudadano desarmado y desprotegido!, pero ¡Que difícil es enfrentar a los delincuentes!, ¿No es así, queridos funcionarios?
De ninguna manera propongo no abonar impuestos. De ninguna manera. Todos sabemos que tributar, es el precio que debemos pagar los ciudadanos para vivir en una sociedad civilizada y ordenada. Pero también queremos vivir en paz, sin que nos secuestren, sin que nos roben, sin que nos maten. Y para lograr eso necesitamos Valientes con todas las letras y en todas las áreas del gobierno. No solo en las que se persigue a ciudadanos atrasados en sus impuestos o que compraron un Plasma o tomaron sus vacaciones.

miércoles, 14 de marzo de 2007

Inutil y Fútil

Jorge Luis Borges, decía que "quien lee los diarios, lee para olvidar". Y, como siempre, Borges tenía razón. Los que usualmente volcamos nuestros pareceres tanto en este medio como en otros medios gráficos o virtuales, lo hacemos con la ingenua intención de tratar de hacerle entender a las autoridades de turno que cambien algunas de sus políticas, que implementen otras, o que al menos, se enteren de los problemas “reales” que viven los ciudadanos, que con sus impuestos los mantienen. Tratamos por todos los medios a nuestro alcance, de explicarles y recordarles, que la vida de la república no se reduce solamente a internas partidarias, chicanas políticas y "abrazos" eternos a los sillones del poder. Aunque no lo crean nuestros amados políticos, otras cosas suceden en la sociedad. Y, lamentablemente, muchas de ellas no son del todo buenas. Estos días, y luego del luctuoso accidente ocurrido en la Avda Bustillo y el cruce al Cerro Catedral, una catarata de ideas, sugerencias y criticas llegaron tanto de los ciudadanos como de las crónicas periodísticas. Y todas tienen razón, todas tienen algo de verdad, todas tienen algo que se podría aprovechar y aplicar. Pero claro, los que la tienen que aplicar, o bien no leen los medios gráficos o virtuales, o -mas seguramente- los leen, pero solo enfocan su lectura a las notas dedicadas a las "roscas políticas" para responder ataques y elegir el tipo de munición con que le tirarán, a modo de respuesta, a los opositores de turno. Una pena. Pero es así y las pruebas están a la vista. ¿Tomaron alguna medida en el cruce al Cerro Catedral? Ninguna. Absolutamente ninguna. Como tampoco tomaron ninguna medida en materia de seguridad (a pesar de la feroz crítica que el Sr. Molina le hizo a la policía rionegrina), ni en aplicar las normas de tránsito para ordenarlo y que los inspectores en lugar de "boletear" únicamente a los autos estacionados -sobre todo de los turistas- multen el exceso de velocidad, los semáforos atravesados en rojo, o se pongan a dirigir el transito, como se hace en todas las ciudades del mundo, en las horas picos y en los cruces de calles complicadas. Y así podría seguir ad infinitum... Por eso, pienso que quienes escribimos en la sección denominada usualmente "cartas de lectores", lo hacemos más para nosotros que para quien dirigimos nuestras misivas. Íntimamente sospechamos que jamás seremos escuchados. Por eso el titulo, y por eso, muchas veces, me siento frente a mi PC con deseos de volcar mi visión de Bariloche y termino sin teclear ni una sola letra. Porque me pregunto, ¿para que?, si total quedará mi texto como mudo testigo de mi pensamiento en los archivos virtuales del mundo informático o del diario impreso y nadie lo recordará, nadie le prestará atención, nadie lo pondrá en práctica aun si fuese una idea viable. Finalizo con un pensamiento que me asaltó después del accidente de Bustillo antes comentado (que lamentablemente y que con toda seguridad no será el último), ¿Cuantas muertes de vecinos barilochenses y de turistas nacionales y extranjeros pueden caber en la conciencia de los funcionarios en el poder, para que decidan realizar las obras necesarias y tomar las medidas de seguridad que hagan falta para evitar esas muertes?. Lamentablemente, parece que muchas. Demasiadas para mi gusto. Pero este es un año electoral y tal vez gracias a las misteriosas leyes que rigen la famosa mecánica de la “captura del voto”, obtengamos algunas respuestas y medidas concretas de nuestros políticos, sobre todo de aquellos que desean eternizarse en el poder, gracias a nosotros, por supuesto.

Ricardo Lopez Rende
ricardolopezrende@yahoo.com.ar
DNI 8735808
Bariloche