miércoles, 17 de octubre de 2007

El Calvario de los Barilochenses

Hora a hora, día a día, semana a semana, los barilochenses vivimos un verdadero calvario atravesando nuestra ciudad, ya sea en la zona urbana o en la denominada “los kilómetros”. De la Avda Bustillo se habló y escribió hasta el hartazgo en medios locales, regionales y hasta un canal de aire de Buenos Aires hizo referencia al estado calamitoso de la principal vía turística de Bariloche. Vergüenza ajena, como mínimo, es lo que sentimos los vecinos de esta bella pero destruida ciudad, cuando observamos esas imágenes que, seguramente han recorrido el mundo, mostrando al “otro Bariloche”.
Pero si asustan los pozos, los baches, las destruidas calles de tierra mas aptas para correr un rally que circular con automóviles particulares, muchísimo más preocupa la total ausencia de soluciones, y el silencio absoluto de las autoridades. Reuniones, mas reuniones, diputados recorriendo la Avda Bustillo y prometiendo obras que no llegan nunca y la secretaria de obras publicas municipal brillando por su ausencia.
A veces pienso que los barilochenses somos muy especiales porque, de alguna manera, hemos probado que la anarquía –finalmente- funciona como un gobierno cuasi normal.
¿Quién gobierna en Bariloche?. ¿Quién toma decisiones?. ¿Gascon y Lutz desde el gobierno provisorio?. ¿Foures y Barriga desde el gobierno entre las sombras?. ¿Icare desde su convalecencia?. Nadie lo sabe. El municipio esta en “piloto automático” y evidentemente con esto, los ciudadanos nos conformamos, mientras que el Honorable Consejo Deliberante –nuestro representante (¿)- sigue reunido sin saber bien para que, porque resultados a la vista, evidentemente, no hay.
Y comienza a ganar el desanimo, el cansancio moral, la desidia ciudadana, a tal punto que prácticamente en el diario de Río Negro ni aparecen quejas en la sección Correo de Lectores. Solo los medios locales se hacen eco de este verdadero desastre en que esta sumido Bariloche. El 28 iremos a votar como autómatas, sin pensar mucho y con la lastimosa idea de que, “total, son todos iguales”. Así, en las elecciones municipales votamos a un candidato que evidentemente no estaba en condiciones físicas de gobernar esta compleja ciudad y –lamentablemente- visto su estado actual de salud, les dio la razón a quienes alentaban votar a un candidato a Intendente en condiciones optimas (físicas y mentales) para estar el frente de la comuna.
¿Qué será de Bariloche si los ciudadanos no decimos basta a tanta desidia oficial?.
Días pasados, parado en el eternamente intermitente semáforo de Onelli y Gallardo, consulte con unos inspectores porque no se ponía en marcha. Un día, lamentablemente, ocurrirá una desgracia en tal peligrosa esquina (como tantas otras de Bariloche). Me informaron que el municipio adquirió el sistema que comanda los semáforos pero que estos no responden al nuevo mecanismo…. Y nadie sabe cuando los cambiaran.
Me preguntaba, ante esta situación, si los familiares, amigos, parientes, hijos, hermanos, padres, madres, etc de los concejales, de los funcionarios del ejecutivo de los integrantes de la secretaria de obras publicas, y otras dependencias oficiales, no están obligados a cruzar esa esquina u otras en donde o bien no hay semáforos o bien los inspectores observan impávidamente como transeúntes y automóviles se esquivan en infernal ballet para no terminar en una catástrofe, en lugar de ponerse a dirigir el transito como ocurre en todas las ciudades normales y civilizadas de la Argentina. Porque, pareciera, que solo cuando ellos o sus parientes o amigos, rompan un auto, choquen o tengan un accidente (Dios no lo quiera, por supuesto), tal vez asi, se “pongan las pilas” y comiencen a tomar medidas. Mientras los accidentados, los choques y la malasangre diaria que vivimos quienes circulamos o tratamos de estacionar nuestro auto en las callecitas de Bariloche, somos los ciudadanos comunes, los funcionarios miran para otro lado, o tal vez, “problemas muy importantes”, tienen ocupada su mente.
¿Sabrán que la palabra “funcionario”, emana de “funciona”? Porque aquí, evidentemente, no “funciona” nada…y sin embargo, nuestros “funcionarios” parece que no se han dado cuenta. En fin, día a día me pregunto (parafraseando frases conocidas) ¿Qué nos sucede vida mía…?. ¿Qué hemos hecho nosotros para merecer esto?. Esta Ciudad no se merece tanta ineficacia, porque con solo “buenas intenciones” no se gobierna. Se gobierna con hechos concretos y actos visibles. Al menos, eso creo yo.

Ricardo López Rende
ricardolopezrende@yahoo.com.ar